Sueño 75 (Araña)
La luz crepuscular ha salido entre las ventanas de mis pestañas. He escogido un lugar para depositar mi cuerpo a la tierra cuando ésta me reclame de vuelta. Prefiero quedarme atorado entre estos pedazos de tiempo, solo y abatido por las madrugadas que se van sobre la luz del día, que moviéndome con el resto del mundo purgado de sangre y dolor. Reconozco en el cercano horizonte al sol que, quieto, se adorna solo en el cielo a lo lejos, pero parece que no llega. Respiro este aire de volcanes cubiertos de nieve y de estertor de viajeros que nunca vieron su destino, de rocas al rojo vivo y de un océano que parece un mito. Una silueta llena de aires de bienvenida se ha acercado con paso lento por el oriente, siempre lleno de malas intenciones y se ha estado moviendo a medida que pasa la noche por la tierra, con movimientos suaves que reflejan calma. Se ha sumergido en el mar y ha pasado flotando por el cielo, a ese paso hasta genera compasión pensar en el tiempo que lleva movié...